Prevención de la congelación en sistemas de tuberías
Con la llegada del otoño e invierno y la bajada de la temperatura, las tuberías de agua fría quedan expuestas a un mayor riesgo de congelación. Cuando la temperatura del agua desciende por debajo del punto de congelación (0 °C), esta comienza a solidificarse y expandirse, generando una presión interna que puede provocar roturas, fugas, fallos del sistema y daños estructurales de alto coste.
La congelación ocurre especialmente en tuberías sin aislamiento o con aislamiento insuficiente que permanecen durante horas o días en ambientes fríos. A diferencia de la condensación, que afecta a la superficie exterior, la congelación compromete directamente el interior de la tubería, reduciendo el caudal o bloqueándolo por completo, lo que puede derivar en averías mecánicas graves y costosas.
Un aislamiento térmico adecuado es la medida más eficaz para prevenir este tipo de situaciones. Mantener la temperatura superficial de la tubería por encima del punto de congelación crea una barrera que reduce la pérdida de calor y evita que el agua solidifique. En instalaciones ubicadas en zonas sin calefacción como áticos, sótanos, paredes exteriores o salas técnicas, este aislamiento es esencial para garantizar un funcionamiento seguro durante toda la temporada fría.
Los materiales aislantes K-FLEX, están diseñados para ofrecer una protección excelente frente a la congelación gracias a su estructura de celdas cerradas, que limita la transferencia térmica y elimina los puentes térmicos incluso en uniones y accesorios. Su alta flexibilidad permite un recubrimiento continuo de la tubería, minimizando el riesgo de congelación localizada en curvas, válvulas o puntos críticos.
Un sistema correctamente aislado no solo evita la formación de hielo, sino que también reduce las intervenciones de mantenimiento, evita reparaciones de emergencia y mejora la confiabilidad y continuidad del suministro de agua en los meses más fríos.